
Un nuevo comienzo… recordando la importancia de la formación en uno mismo
Comenzamos un nuevo curso y con él una maravillosa aventura llena de nuevos aprendizajes, experiencias, ilusiones, amigos, profes… y muchos propósitos.
Es muy importante recordar que cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje y debemos respetarlo. Nuestra función es acompañarlo en ese proceso con mucha paciencia, cariño y confianza durante todo el curso pues nuestros niños tienen muchos talentos que afianzar y otros muchos aún por descubrir. Que se sientan capaces de lograrlo es el primer paso para conseguirlo y la educación emocional es una magnífica herramienta para ello.
Cada vez hay más centros y profesores/as que van siendo conscientes de la gran importancia que tienen las emociones en el mundo de la educación. Durante el curso pasado tuve el placer de poder impartir varios seminarios y cursos de formación sobre esta temática en los colegios Pinoduero (Tudela de Duero), Federico García Lorca, Cardenal Mendoza y uno muy especial en nuestro cole Lola Herrera sobre «Comunicación en positivo». El Cfie de Valladolid también me dio la oportunidad de participar dando un taller en las Jornadas de Educación Infantil en la Universidad de Valladolid y el Cfie de Palencia para dar un curso en su ciudad. El poder impartir estas formaciones fue una experiencia muy enriquecedora pues me dio la oportunidad de conocer a grandes personas y profesionales además de seguir propagando «la semilla emocional» tan necesaria en nuestros coles.
Los maestros y maestras somos muy afortunados de poder formar parte de la vida de todos los niños a los que damos clase, de compartir su día a día, de crecer con ellos. Pero también tenemos una gran responsabilidad porque somos el espejo donde se miran cada día, por eso debemos ser el adulto que mañana queremos ver en ellos y para ello debemos comenzar desde hoy a trabajar nuestra propia educación emocional. Debemos ganarnos su admiración, respeto y cariño, saber llegar a ellos, transmitirles nuestras ganas de aprender, de crecer y de superarnos cada día. Generarles confianza en sí mismos para que pierdan el miedo a equivocarse, pues cada error es un aprendizaje y una nueva oportunidad de hacer las cosas mejor, porque disfrutar y hacer las cosas lo mejor que podamos debe ser nuestro objetivo… el aprendizaje será el resultado, nunca su calificación por lo que un suspenso jamás será un fracaso. Nuestros niños no «valen» una nota, son seres maravillosos que se esfuerzan todo lo que pueden y que aprenden un montón. Por todo esto no quiero dejar de animar a todo el mundo, padres y madres, abuelos, monitores,… pero muy especialmente a todas las personas que trabajamos en el campo de la educación, a formarse en ello, a vivirlo y a transmitírselo cada día a todos los niños de sus aulas.
Os deseo a todos un curso fantástico y lleno de emociones.
En nuestro colegio pusimos en práctica la comunicación en positivo.
Con el claustro del Ceip Cardenal Mendoza
En el Centro de formación de profesores (Cfie) de Palencia
Jornadas de Educación Infantil en la Universidad de Valladolid
Comentarios recientes