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Latido Emocional


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Aprendiendo a decir NO

Hola a todos, pasado el descanso que tuvimos en el puente del Pilar, en el cole retomamos ayer las misiones con muchas ganas. Esta vez les conté un cuento que luego comentamos, y fue increíble ver cómo, a pesar del curso en el que se encuentren, les sigue gustando que les cuenten un cuento. ¿ A vosotros también os pasa? a mí si, ¡me encantan!.

Después de contarles el cuento del pingüino Marcelino, comentamos entre todos qué era lo que podíamos aprender de él, su moraleja. Todos coincidieron en dos cosas, la primera es que en los exámenes no se debe hablar… y la segunda, es la importancia de saber decir que NO, y ésta era la idea fundamental de esta misión. Comentamos entre todos la cantidad de veces que hemos dicho que si queriendo decir que no por miedo a decepcionar a alguien que nos importa, por miedo a perder alguna amistad o a que dejaran de querernos, por vergüenza, etc. y todos coincidimos, niños y adultos, en que alguna vez hemos sido «Marcelino». Después expresaron cómo se sentían cada vez que eso ocurría y todos coincidieron en que se sentían mal, pues se veían en la obligación de hacer algo que no querían. La finalidad de este cuento y de este debate con ellos ha sido poner en práctica su asertividad, que ante determinadas situaciones se paren a reflexionar si es bueno o si es malo aquello que les proponen y si de verdad quieren hacerlo, y si después de analizarlo no desean hacerlo que sepan que pueden decir que NO. Comprendieron que una amistad no se basa en la cantidad de cosas que hacemos por la otra persona sino por todo lo que la queremos, y que si esa amistad se rompe por haberla dicho que NO entonces no era una verdadera y sana amistad, pues ante todo debemos respetar las opiniones y decisiones de los demás.

Para finalizar la misión, durante toda la semana tienen que identificar este tipo de situaciones en su vida diaria y poner en práctica el NO de una manera asertiva. De esta manera les ayudamos a aprender a exponer y defender su opinión frente a las presiones de los demás y así prevenir posibles situaciones de abuso, acoso, bullying, etc.

El pingüino Marcelino

Había una vez un pingüino llamado Marcelino, que vivía en una isla de hielo en el polo Sur. El pingüino Marcelino tenía muchos amigos en la isla de hielo donde vivía, todos los animales le querían mucho.

Era un pingüino muy bueno, pero tenía un problema. El problema del pingüino Marcelino era que no sabía decir No. Siempre que alguien le pedía un favor, o le proponía una actividad, Marcelino decía que sí. Aunque no le gustara la actividad o no tuviera tiempo para hacer favores, el pingüino siempre decía que sí.

Marcelino quería tener amigos, y quería que le quisieran mucho y por eso creía que tenía que decir siempre que sí. Pensaba que si complacía siempre a los demás, todos le querrían mucho y le aceptarían.

Ocurrió que una mañana en el colegio de la isla de hielo, tenían un importante examen de matemáticas. Marcelino que era un pingüino muy aplicado con sus estudios, se había preparado muy bien su examen. Pero no todos sus amigos lo habían preparado tan bien como él.

Cuando repartieron el examen, su amiga la foca que se llamaba Noca, que no se sabía las preguntas le susurro y le pidió que le dijera los resultados de las preguntas. El pingüino Marcelino sabía que eso no estaba bien, pero como no sabía decir que no, le dijo las preguntas a Noca. La profesora que escucho hablar durante el examen, llamo la atención y les mandó callar.

Su amigo, el oso Roso, que había visto como le decía las respuestas a Noca, le pidió susurrando que le dijera a él también las respuestas, ya que tampoco lo llevaba bien preparado. El pingüino Marcelino sabía que eso no estaba bien, pero como no sabía decir que no, le dijo las preguntas a Roso. La profesora que ya les había llamado la atención una vez, se enfadó mucho.

-Sabéis que no se puede hablar en el examen. Marcelino ya te he llamado antes la atención y no me has hecho caso. Sabes que si habláis me tenéis que entregar el examen.

Y la profesora le quito el examen a Marcelino, anotando un cero en la parte superior.

El pingüino Marcelino que había estudiado mucho, tenía un cero en el examen y todo por no saber decir que no.

Sus amigos el oso Roso y la foca Noca, se sintieron mal, ya que había sido su culpa.

-Marcelino, lo sentimos mucho, no debimos pedirte las preguntas.-le dijo el oso Roso.

-Si no puedes, tienes que decirnos que no.-le dijo la foca Noca.

-Pero si digo que no, no me vais a querer.-dijo Marcelino-yo quiero que seamos amigos y que me querías por eso me gusta haceros favores.

La foca Noca y el oso Roso, se sorprendieron del pensamiento de su amigo y le dijeron lo siguiente:

-Nosotros te queremos por cómo eres, no por los favores que nos haces. Es bueno ayudar a los demás y echar una mano a los que lo necesitan. Pero también tienes que pensar en ti y saber decir que no, cuando creas que algo no esté bien. Te vamos a querer igual. La amistad no se basa en que hagas todo lo que nosotros queramos, la amistad se basa en disfrutar todos juntos. Si piensas que algo no está bien, debes decírnoslo.

El oso Roso y la foca Noca, hablaron con la profesora, le contaron que habían sido ellos, los que habían hecho hablar a Marcelino y que su amigo se merecía una buena nota. La profesora que era muy buena, decidió repetirles el examen a los tres.

Marcelino aprendió que no hay que decir que si a todo, ya que decir que no es bueno en ciertas situaciones.

FIN

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